Tras visitar el Bioparc y el Sea Life, por último, que no menos impactante porque nos quedamos encantados con la experiencia, el paseo en barco por Costasol Cruceros a bordo del Joven María II.
Desde primera hora me sedujo la idea de subirme en barco, aunque me daba miedo que nos mareásemos y el viaje fuese un desastre. No me fiaba mucho de Pelusa, se fuese a poner malito o se fuese a agobiar allí metido 2 horas, pues para nada, se mareó un poquito al principio y luego bien, además se lo pasó genial, yo también me lo pasé muy requete bien, y eso que un poquito mareadilla sí que anduve, también porque no paré de moverme haciendo fotos.
Un paseo de dos horitas por la costa malagueña ameno y entretenido a cargo de una tripulación muy maja, acompañado por música veraniega que le daba mucha vidilla, (en este recopilatorio están muchas de las canciones que sonaron durante el viaje).
En el que fuimos en busca de delfines, y efectivamente allí estaban, qué preciosidad!!! fue muy emocionante verlos nadar y saltar junto al barco, menuda diferencia de verlos enlatados en la tele. Lástima que como aparecieron, desaparecieron, eran delfines mulares, algunos de ellos hembras acompañadas de sus crías, que tal vez por ese motivo no estaban muy por la labor de que se les molestasen, me quedé con las ganitas de pillar alguna foto, pero bueno, así tengo excusa para repetir jejeje.
Además de la probabilidad de avistamiento de delfines, había posibilidad de darte un bañito en mar abierto, hubo valientes que se aventuraron, y eso que según decían el agua estaba muy fría. Nosotros optamos por hacernos más fotos en otras zonas del barco, el cual estaba genial y muy bien cuidado.
Pelusa estrenó su polito de Carrefour que os comenté en esta entrada, se lo combiné con unos pantalones rojos y unos náuticos azul marino de tela también de Carrefour, outfit navy por 18 €, qué más se puede pedir ;)
Yo también quería mi outfit navy que la ocasión lo merecía, así que me puse a rebuscar en mi "fondo de armario". Me acordé que de las rebajas pasadas tenía de Pinkie una camiseta con rayas azul marino y rojas, que esta temporada en el mercadillo me compré unos náuticos monísimos blancos combinados con azul marino y rojo que me venían genial, pero... aquí fallaba la cosa, necesitaba unos short blancos.
Después de mirar todas las webs, donde parecía que aún quedaban más cositas de verano era en Stradivarius, allá que voy.... Entro y me encuentro toda la tienda con la ropa de nueva temporada, ("adiós a mis shorts blancos"), en una esquinita quedaban cuatro restos del verano, después de haber pasado por temporada, rebajas y segundas rebajas, ya os podéis imaginar lo que había. Desde lejos veo un perchero con shorts y de entre todo lo que allí había me llama la tención que algo blanco sobresale, ("por favor!, por favor! que sean unos short blancos!!"). Efectivamente, unos short blancos, bueno, eso de blancos.... después de tanta batalla imaginaos como estaban, ahora la peor parte, ¿qué talla son?... La 38, bingoooo!!!!!, no me lo podía creer, y solo costaban 6 €, eso es un milagro y lo demás son tonterías.
Ya solo me quedaba una cosa para completar el look, me emperré en que quería un colgante con un ancla porque a principios de temporada en I Am había visto unos complementos marineros divinos, pero claro, a esas alturas ya no quedaba nada, peeerooo... En Six, la otra marca del grupo Belline, en un stand con rebajas me encontré un colgante de cadena finita plata con una borlita blanca muy mono que costaba 2 €, seguí mirando y... un llavero de ancla en plata!!, ya está, desarma llavero, mete el ancla en el collar junto con la borlita y listo, ya tenía mi colgante de ancla por solo 4 €.
He aquí mi outfit navy improvisado para la ocasión, al cual le añadí una chaqueta marino que me compré el año pasado en un chino por 10 €, que viene genial cuando refresca un poquito.
Con unos outfit por cuatro eurillos y un paseo en barco muy apañado que está al alcance de cualquier bolsillo, nos quedó un recuerdo estupendo y pusimos el broche de oro al final de las vacaciones.
Os recomiendo la experiencia, no imaginaba que me iba a gustar tanto eso de ir en barco, pero es que me sentí libre y relajada, con lo que me cuesta a mí relajarme!. De estar acostumbrada a pasar tantas horas aquí pegada a la pantalla dejándome los sesitos y los ojos, a verme allí, casi que en la nada, rodeada de tanta agua en la inmensidad del mar, y que la vista se me perdiese en un horizonte taaaaan lejano... qué relax, qué alivio de ojitos y mente, no tuvo precio.
Además, parece ser que no solo a mi me gustó el viajecito, porque Adrián pocos días después de volver, me pidió un folio para hacer un dibujo, y lo que hizo fue un barco con todos nosotros, capitán incluido con su timón y hasta con su gorra y eso que el nuestro no llevaba, pero parece que lo vivió tan intesamente que hizo el dibujo con todo lujo de detalles.
Y así acabaron estas mini vacaciones playeras en las que disfrutamos un montón, las próximas más y mejor, que ya le tenemos puesto el ojito a nuevos sitios ;)
Espero que os guste y si es así no os olvidéis de compartir :)
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