Dicen que ser padres te cambia, qué gran verdad... Y no solo
porque tu vida da un cambio radical, si no porque también tu mentalidad cambia,
te hace crecer y aunque seas un adulto hecho y derecho, te hace madurar
muchísimo.
Yo antes de tener a Adrián era muuuyyy diferente. He pasado
a darle valor y prioridad a cosas que antes no prestaba atención, de sentirme
un patito feo a ser la más guapa del mundo cuando me dice: "eres mi
princesa, te quiero llevar a un baile y regalarte un diamante", de
sentirme poca cosa sin valor a sacar una gran fuerza y ser capaz de comerme el
mundo de un bocado, de no gustarme las fiestas, a ser la más fiestera del
lugar, hasta de disfrutar saltando en los charcos aunque termine chorreando y
llena de barro.
Hoy es su quinto cumpleaños, parece que fue ayer cuando
ingresé el día de antes para que me provocaran el parto, llena de molestias,
nervios y miedo, mucho miedo, con el miedito que me dan a mí las agujas...
y tras un parto bastante duro, llegó esta
cosita regordeta a cambiarme por completo la vida.
Con tan solo 12 minutos de vida
Un morenazo de pelo liso que a los pocos meses se convirtió
en un angelito rubio de pelazo rizado, cosas de la genética y el crecimiento...
;)
Y a los casi dos añitos me tenía este pelucón divino
Por el cual y con el cual me meto en embolados como este.
Montarle un cumple navideño en su cole, el que prometo enseñaros con todo lujo
de detalles porque preparé un montón de cositas y sorpresas para él, para sus
compis y hasta para su seño que cumple años el día 22.
Pequeño, eres lo más grande que me ha pasado en la vida,
"te quero mucho canijo" :-*
Dónde se habrá ido mi vergüenza... En la vida pensé meterme en semejantes embolados ni disfrazarme de todas las cosas disparatadas que se me pasan por la cabeza.
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